Claudio Naranjo

Ver versus mirar

Todos los organismos poseen capacidad para percibir las condiciones del medio y para responder adaptativamente que representan importantes adaptaciones biológicas resultado de la evolución biológica y que presentan diferente magnitud y características. Unos poseen especial capacidad pare la información relativa a la composición química del medio en estado solido, liquido o de gas a través del olfato y del gusto, mientras que otros poseen especiales capacidades táctiles o capacidad para percibir las radiaciones electromagnéticas de diferente longitud de onda a través de la vista y del oído. Todo lo cual se traduce en una amplia variedad de capacidades perceptivas que hemos denominado valiéndonos de las categorías que normalmente utilizamos para la percepción humana pero que habría que crear nuevos términos para dar cuenta de su riqueza de manifestaciones, todas ellas fruto de la rica combinatoria que genera la evolución biológica en un marco extraordinariamente variado como el que ofrece la Tierra.
A todo lo referido habría que añadir en el caso del hombre la capacidad para educar la mirada que permite disfrutar de diferentes perspectivas sobre la realidad que son resultado de la evolución biológica que resultan esenciales para la subsistencia humana ante los cambios del medio fisicoquímico y humano, y que contribuyen a una vida mas grata, equilibrada , digna y autorealizada, pudiéndolas calificar por todo ello de adaptativas .

Los problemas complejos del siglo XXI

Hemos sobrepasado los 6000 millonos de habitantes en la Tierra y nuestro planeta ha dejado de plantear retos de exploración. Ya no quedan tierras inexplorada, sino que cada vez spmos mas concientes de que vivimos en un Planeta pequeño y fragil, que se ha hecho evidente con el desarrollo de las comunicaciones terrestres, aereas u maritimas, asi como de los medios de transmisión de noticias , de datos y de modelos culturales que junto con aspectos positivos presentan también efectos secundarios negativos como los relacionados con la contaminación, el agotamiento de muchos recursos, la perdida de biodiversidad, la reducción de la diversidad cultural, la degradación de muchos mecanismos de regulación biológica y cultural y en síntesis la perdida calidad de vida y, en muchos casos, la perdida de los referentes que sirven de estimulo y orientación cultural que nos conectan con el pasado, nos mantienen en el presente y nos proyectan ilusionados hacia el futuro. Todo ello es necesario como el dinero, la comida y ciertas posesione, conscientes de la importancia de ser y de poseer;lo cual implica no limitarse a ver sino que caben otras formas de mirar que nos trasmite la cultura a través de los textos, de los paisajes y de los restos históricos y arqueológicos que, junto al legado de la biodiversidad constituyen un legado esencial para garantizar otras formas de mirar a la realidad y de enfrentarnos a los problemas sucesivamente que se nos plantean y que tienen una proyección compleja que los hace diferentes a los problemas a los que ha venido enfrentándose la humanidad y que necesitas para ser resueltos nuevas formas de ver la realidad que requieren incorporar miradas más comprensivas.

Las miradas convencionales

A veces tiene uno la sensación de que existen unos temas de conversación muy reducidos como la política, el fútbol , los toros ( aunque en ambientes mas reducidos) , los cotilleos del corazón y los accidentes que afectan a las personas, sean automobilísticos o debidos a las guerras. A ellos se unen aspectos económicos, particularmente cuando implican grandes ganancias o grandes perdidas que nos llevan a interpretar los resultados a posteriori cuando y a nada se puede hacer. De modo que la actitud dominante es la de un observador pasivo que se sienta a ver lo que ha acontecido o lo que previsiblemente sucederá por causa del imperio de las fuerzas de la naturaleza o la decisión de los poderes publico o de las grandes corporaciones. En realidad somos el reverso de esa televisión que muchas veces denostamos pero que consumimos y que es así precisamente adaptándose a nuestra actitud un tanto pasiva , que renuncia a orientar el futuro para asumir un papel de observadores pasivos, que por dejar el futuro posiblemente nos veamos obligados a padecer sus defectos.